Nosotros nos fuimos en una especie de fuga. Si, la ansiedad por viajar nos ganó y salimos como se pudo. Esto lo reconocemos, como así también que muchos de los problemas que fueron apareciendo en el camino se debió a eso. Nos fuimos sin verificar los neumáticos, sin hacer ver el motor, frenos. De hecho, ¡Nos fuimos sin haber tenido experiencia en manejar un camión!

Un día entregamos el departamento dónde alquilábamos y todo lo que teníamos (que no habíamos podido vender o regalar) se subió al Forastero para «después vemos qué hacemos» o «llevalo, en algún momento lo vamos a necesitar».

Nuestra estadía en Buenos Aires era para resolver todo lo que no pudimos hacer antes de partir. ¿Por qué se alargó la estadía? Salimos con una lista de 20 ítems pendientes y volvimos con una de 43 ítems, o sea, se sumaron 23 porque los anteriores seguían ahí esperando.

Playa El Doradillo - Avistaje de Ballenas - Puerto Madryn

Otra vez, la desesperación por querer salir nos había llevado a la decisión de dejar de lado la lista y preparar todo para partir: «ya veremos cómo nos arreglamos».

Y unos días antes Pioja dejo de caminar con sus patitas traseras. Sabemos que algunos no nos entienden porque es «un simple perro» pero nosotros no lo sentimos así. ¿Las humanizamos? Seguro. ¿Está bien eso? No lo sabemos, pero nosotros así lo sentimos.

La operación de Pioja la hicimos sin dudar, no importó que nos hayan dicho que había un porcentaje alto de que quedé paralitica. No íbamos a dejar de abrazar la esperanza.

Fueron días difíciles, muy difíciles, muy tristes. Hasta que 30 días después de la operación empezamos a ver mejorías, lentas, pero mejorías al fin.

El Forastero había quedado en General Rodríguez en la casa de la mamá de Ale y nosotros 4 nos fuimos a Capital Federal a la casa de mi mama porque nos quedaba cerca el veterinario (hay 50 kilómetros de diferencia).

 

Ushuaia - PN Tierra del Fuego

 

Estuvimos allí hasta que le dieron el alta. Hoy camina, hace sus necesidades sin ayuda (la mayoría de las veces), hoy quiere jugar. ¡Se nos hace un nudo en la garganta de emoción cuando la vemos mover la cola!

Volvimos al Forastero después de 3 meses. Ahí estaba el, seguramente esperándonos. ¿Qué hacemos? Es que estamos viviendo dentro del libro “Elige tu propia aventura” y todos los días, a todo momento, debemos decidir qué caminos tomar.

También está el “todo pasa por algo”, si bien hubiéramos preferido otro tipo de comunicación para que esperemos a salir nuevamente, entendemos que lo de Pioja fue un freno, un stop para que no salgamos, para que resolvamos cuestiones básicas. Si, básicas como que no entre agua cuando llueve o que el mechero del horno queme bien (más de una vez tuvimos que abrir todo y esperar abajo a que se pueda respirar bien).

[Tweet «La ansiedad no es amiga de los sueños. Todo sucede cuando tiene que ser, ni antes ni después.«]

Así estamos, volviendo a armar este sueño, este proyecto que se convirtió en nuestro estilo de vida favorito. No es sólo unir Buenos Aires – Ushuaia – Alaska o unir a los niños de América en un cuento. El Forastero es nuestra casa, nuestro hogar y si a vos se te rompe un caño en tu casa… ¿Lo reparas o lo dejas roto? Para nosotros es lo mismo, nada más que nuestro hogar tiene problemas mecánicos y de los otros también que debemos atender. Eso si, tenemos el beneficio de tener un patio diferente todos los días.
¿Nos gustaría estar en las rutas? ¡Qué pregunta! La respuesta ni se duda. Pero queremos hacer las cosas bien, no a las apuradas. Los que compartieron con nosotros un rato en estos 9 meses conocen que hemos llevado cada objeto totalmente innecesario: un cocinerito temporizador o el utensilio para hacer papas noisetes.

 

El Cocinerito

El Cocinerito


Y sabemos que esto también debemos atenderlo porque queremos estar más livianos, porque
hay muchas cosas estancadas que pretendemos dejar para darle paso libre a una nueva energía positiva que nos deje seguir viajando por las rutas del mundo.

“¿Cuándo salen de nuevo?” Cuando tengamos que salir. Eso lo aprendimos, todo se va dando para demostrarte el momento justo que se debe dar algo. Ni antes, ni después. Lo mismo nuestra partida, ni un día antes ni un minuto después.