¿Ustedes creen en las casualidades? ¿O en la posibilidad de que con tus pensamientos puedas atraer y cumplir tus deseos?

Cada día me convenzo más de que existen situaciones que no ocurren al azar. A veces uno demora más tiempo para encontrarles el sentido o la conexión. También voy aprendiendo a manejar mis pensamientos porque, tanto en positivo como en negativo, pueden convertirse en realidad, sobre todo cuando uno se pone en movimiento.

Esta historia que les voy a contar es un ejemplo de la existencia de las no-casualidades y de cómo uno, sin querer queriendo, logra cumplir un sueño dentro de otro.

un mapa de brasil y dos reales

Situémonos en un enero bastante caluroso de Buenos Aires. Todavía nos estábamos recuperando del festejo al recibir el año 2012.

Con Ale teníamos un negocio (maxikiosco, cyber y locutorio) en el barrio de Flores. Era la forma de hacer andar nuestros ahorros mientras nos decidíamos qué hacer con ellos. Durante la semana lo atendía él. Yo solo iba los fines de semanas a reemplazarlo mientras se iba a jugar a la pelota con los amigos.

Cuando me decidí por animarme a dar el primer paso y cumplir el sueño de Ale de recorrer América (a cambio de luego dar la vuelta al mundo 😉 ), sabíamos que una de las cosas a realizar, era vender el fondo de comercio.

Fueron dos largos meses de aprender a cultivar el don de la paciencia.

Mientras tanto, Ale compartía con algunos clientes del kiosco cual sería su plan para su futuro.

Nuestra ruta, cuando todavía creíamos que nosotros decidíamos el camino, era recorrer la Ruta Nacional 3 hasta Ushuaia, subir por la mística Ruta 40 y recorrer Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, cruzar a Panamá, etc.

A orillas de la Laguna Amarga con las Torres del Paine detras.

No estaba en nuestros planes visitar el parque nacional Torres del Paine y hoy es uno de los mejores regalos que nos dió la ruta y los cambios de planes de último momento.

Si. Como verán, Chile no estaba inicialmente en nuestros planes y resulto ser que fue un país que visitamos tres veces. Nos falta una cuarta para terminar de recorrer el norte 😉 .

Tampoco habíamos pensando en conocer Uruguay, Brasil y Paraguay. No es que no quisiéramos, sino que habíamos dejado esos países para la vuelta (si es que volvíamos).

Lo cierto es que uno de los clientes había estado viajando por Brasil y cuando Ale le contó de nuestro viaje, le regaló un billete de dos reales.

Le comentó que cuando entró a Brasil no tenía dinero y que a él lo ayudaron para poder seguir adelante. Sabía que no era mucho lo que le daba pero que serviría para comprar algo de comer el primer día.

Cuando Ale me lo contó no le di mucha importancia.

¿Para qué pensar en un país que faltaban muchos meses, o hasta años, por recorrer?

Más o menos, haciendo un cálculo mental rápido, ida y vuelta de Alaska nos llevarían unos tres o cuatro años.

Lo guardamos en la lata donde íbamos poniendo nuestros ahorros con la creencia de que nos daría suerte y abundancia (como el billete de un dólar en el monedero o los dos pesos debajo del plato de los ñoquis del 29 de cada mes).

Pero Ale no se quedó contento con eso. Cuando un amigo cercano le dijo que se iba de vacaciones a las playas de Brasil, para él fue una señal y le pidió que le traiga un mapa de todo el país.

Otra vez, yo le restaba importancia.

¿Para qué pensar en un país que faltaban muchos meses, o hasta años, por recorrer?

No solo le trajo un mapa inmenso sino una guía de turismo. A mí me parecía de más gastar dinero en eso. Si bien no conocía mucho de Brasil, más que las playas y alguna que otra atracción turística, lo que más me frenaba de pensar en recorrer las rutas de este país era el idioma.

Hoy… me rio de janeiro… si, lo se. Muy malo. El de los chistes es Ale, perdón.  😆 

Hoy me rio de ese miedo y creo que lo que más me atrapa de estar viajando por Brasil es el desafío de aprender a comunicarme en portugués.

El destino hizo que ese billete de dos reales viajara con nosotros por todos lados. El mapa y la guía de más de 500 páginas solo cuando estábamos con el motorhome.

Con el Mundial 2014, el nombre Brasil empezó a tomar protagonismo en nuestras charlas. Faltaban dos meses para nuestro primer viaje en bicicleta.

Si bien ya habíamos decretado que dejaríamos que el camino nos sorprenda, teníamos más o menos una idea de la ruta a seguir: de Buenos Aires a Mendoza, ahí cruzar y conocer el norte de Chile, luego entrar de nuevo a Argentina para hacer el paso La Quiaca – Villazón y listo, ya era mucho plan.

Me acuerdo que Ale me preguntaba por qué no íbamos por el lado de Brasil y yo solo inventaba excusa tras excusa.

recalculando mapa politico de sudamerica nuevo viaje en bicicleta

Marcamos un posible recorrido en el mapa sabiendo que éste podría cambiar todos los días.

Cuando tuvimos que volver de urgencia a Buenos Aires en marzo 2015, dejamos las bicicletas y nuestras cosas en Chile porque el plan era retornar y seguir con la ruta que habíamos trazado de forma imaginaria.

Pero a medida que empezaron a aparecer los obstáculos, nos dimos cuenta que tal como habíamos planeado seguir, no iba a poder ser.

¿Qué si nos enojamos con las situaciones? Puffff.

¡No se dan una idea!

Es difícil acostumbrarse a entender que uno no maneja completamente todo y que debe relajarse y dejar fluir. Habrá personas que adquieren esa capacidad más rápido que otras.

Yo entendí que lo mejor es dejarlo ser. Las cosas, si tienen que pasar, van a pasar igual, independientemente de cómo yo me sienta anímicamente.

Así que… ¿Para qué ponerme mal por algo que no puedo controlar y que va a suceder de todos modos? La diferencia es cómo te permitas vivir esas situaciones.

Cambiamos de planes. Fuimos a buscar las bicis y las cosas. Y marcamos un nuevo rumbo.

Y acá estamos. Como había dicho a principios de 2012, en un país que faltaban varios meses o años para recorrer. Y acerté, tres años después estamos recorriendo Brasil.

Después de leer esta historia…

¿Ustedes creen en las casualidades? ¿O en la posibilidad de que con tus pensamientos puedas atraer y cumplir tus deseos?

 

Hubo otro mapa que también marco nuestro rumbo. El que nos hizo cambiar nuestro estilo de vida y comenzar a hacer realidad el sueño de dar la vuelta al mundo. Sin dudas, tenemos una conexión con los mapas. ¿No?  😀