Hoy no salimos como lo hubiésemos planeado.
El por qué no viene al caso. Aprendimos que «las cosas pasan por algo» y ese algo siempre es para bien. Entonces decidimos contarles una gran historia de amor que involucra el 21/09.


Villa La Angostura

Volvamos al año 2006, en el mes de septiembre. Día 20 a las 23 horas y algunos minutos.

Callejeros tocaba en Córdoba, yo empiezo a buscar la forma de ir, la plata no era el tema, sino el móvil porque la cosa estaba un poco complicada, sobretodo si te olvidas que un conocido tuyo sacaba un micro para ir.
Iba sola, bueno lo que se dice sola no porque sabía que me iba a cruzar con un montón de conocido, pero no arreglé con nadie.

En el colectivo encontré un lugar de dos sin ocupar, me senté y pensé «buenísimo, dos asientos para mi comodidad y yo«… grave error cuando media hora después un flaco (Ale) me pregunta «¿esta ocupado?»
Vir: «No, ¿qué lado preferís? ¿ventana o pasillo?» 
Ale: «Me da lo mismo, elegí vos», 
Vir: «Bueno, yo quiero ventana», 
Ale: «¿Y si te decía que yo quería ventana que hacías?», 
Vir: «Te decía que yo era mujer así que elegía yo primero»,
Ale: «Entonces para qué preguntas».

¡¡¡No me van a decir que no es una muy buena carta de presentación!!!

Me pongo a hablar (¡qué raro yo!) y el me comenta que también estaba solo en el micro, o sea que se había mandado porque el que organizó el micro le había avisado hacía 40 minutos que le quedaba un lugar y el no lo dudo.

(la historia por parte de Ale es que el estaba por entrar a trabajar y lo llama el organizador para decirle que había un lugar en el micro. Así que llamó al trabajo, dijo que se le había roto la moto y salió corriendo para el micro)


– No debe haber corrido mucho porque el micro retrasó su salida unos 40 minutos esperándolo. –


Lo mejor fue cuando 15 minutos después saqué el maso de cartas y le propuse si quería jugar un partido de truco.

Ale:»¿Tenés para anotar?» 
Vir: «¡Ah no! ¡Si jugamos a anotar, tenemos que apostar!», 
Ale: «bueno dale, ¿qué apostamos?» 
Vir: «una birra» (¡gran apuesta! sobre todo estando en un micro donde todos tomaban fernet y a mi no me gusta jajaja)
Ale: «dale».

Risas van, risas vienen, charlas, cervezas, viaje de ida hablando todo el tiempo, salvo 3 horas que dormimos. Todo el día juntos, entramos al recital y hasta el tema «El Nudo» estuvimos juntos. No me acuerdo por qué nos tomamos las manos y debo admitir que sentí una electricidad. Según Ale fue la estática del piso. 

A la salida nos reencontramos y fuimos para el micro. Cuando nos sentamos Ale me comenta que se le había roto el bolsillo de la mochila y se le caían las llaves. Yo, de muy buena onda, me ofrezco a guardarlas en mi mochila y aceptó. Seguimos tratando de descubrir como ninguno se dio cuenta que si se rompió el bolsillo porque no las puso dentro de su mochila en vez de dármelas a mi, pero bueno, sirvió de excusa porque yo me olvidé de devolvérselas y el se «olvidó» de pedírmelas, lo que no se olvidó fue pedirme el celular. 
(Él reconoció que fue todo un plan para tener un motivo para volver a vernos)

Nos bajamos del micro, nos despedimos, me subo al bondi para mi casa y me llega un mensaje de texto: «las llaves!!!» jajajaja ¡qué lastima! tuvimos que encontrarnos de nuevo por las llaves y por la cerveza que le debía por el truco del partido y pool de por medio, mensajes de textos (Movistar nos amó hasta que llegaron los números free) más risas, más indirectas, más miradas, más encuentros cada vez más seguidos, conocerse más, hasta que de a poco se convirtió y se sigue convirtiendo en lo que es hoy: UNA GRAN HISTORIA DE AMOR!