“¿Viajar en bicicleta con perros?
¿Se puede?”

 

¡Claro que se puede! Y en esta publicación vamos a contarte nuestra experiencia. Aunque también creemos que compartiendo el día a día de nuestro viaje es ejemplo suficiente para confirmar que es posible viajar junto a tu compañero fiel.

Primero les presentamos a las protagonistas, las dos viajeras de cuatro patas.

Pioja y Pumba - Viajar en bicicleta con perros

Pioja es la negra hermosa que tiene 7 años
y Pumba la dulzura hecha perro de 5 años.

 

No nos vamos a cansar nunca de decirlo y es que ellas son parte de nuestra familia. Motivo suficiente para saber que, al tomar la decisión de viajar, ellas estaban incluidas en el plan.

De hecho, cuando pensamos de qué forma hacerlo, las opciones «a dedo» o «en bicicleta» estuvieron descartadas pensando que sería casi imposible hacerlo. ¡Y ya nos ven! Viajamos hace meses en bicicleta y, cuando lo hemos necesitado, también viajamos a dedo con ellas.

Lo mismo que decimos en la guía para viajar con perros, cuando uno decide que formen parte de nuestra vida hay que tener bien en claro que son nuestra responsabilidad.

Esto no quiere decir que no se pueda viajar con perros, pero queremos dejarlo en claro, para que cada uno evalúe y tome la decisión que mejor les haga a todos.

En nuestro caso, voy a ser sincera, cuando ya teníamos la decisión de que no seguiríamos viajando en motorhome y Ale me planteó viajar en bicicleta, la primera excusa que le puse fue: “no podemos por las perras”.

Un día se sentó y me mostró varias fotos de biciviajeros acompañados por sus perros. Yo no lo podía creer. Incluso, hay una pareja (que no logramos contactarnos todavía) que llevan (o llevaban) dos perros, uno que pesa como 30 kilos y el otro que pesa 15 o 20 kilos. ¿Se imaginan lo que debe ser llevar ese peso en el carrito?

Me tomé unos días para pensarlo. Intenté imaginarme el viaje para ver qué sentía. Y ahí apareció la primera duda… “¿De qué forma viajarían? ¿Habrá más personas que viajen en bicicleta con su perro?”

Al rato me encontré en Pinterest buscando y asombrándome con todas las ideas que encontré. Me emocioné de solo verlo y ya sentirlo realidad.

Le mostré a Ale mi hallazgo y el entendió que yo acababa de aceptar el viajar en bicicleta con Pioja y Pumba.

pinterest viajar en bicicleta con perros

Evaluamos tres posibilidades:

  1. Llevarlas en un canasto individual adelante, arriba del portaequipaje delantero y sujetas al manubrio (al estilo de la película ET).
  2. En un cajón más grande que vayan las dos juntas pero en el portaequipaje trasero de una de las bicis.
  3. Un carrito o tráiler especialmente diseñado para transportar perros (también hay para llevar niños).

Al principio, la primera opción nos parecía la mejor porque teníamos la posibilidad de ir viéndolas mientras pedaleábamos. Cualquier cosa que les pase, lo íbamos a ver. Si hacían algún movimiento brusco, podíamos adelantarnos y evitar así desequilibrarnos.

 

Vir en bicicleta con Pioja y Pumba

Pero en Argentina no existe el mercado que hay en Europa y todo los canastos que vimos en Pinterest solo se vendían allá. Mandarlos a pedir se nos iba del presupuesto.

No fue un obstáculo: “¡Si desmantelamos y volvimos a armar un motorhome, podemos hacer los canastos de las tuchis!”.

Y ahí empezó la etapa de los mil dibujos ideando cómo hacerlos y después buscando los materiales que necesitábamos.

Conseguimos dos canastos de un plástico duro (gratis porque son los que a veces tiran los supermercados). Después buscábamos un alambre que pudiéramos doblar pero que a la vez sea fuerte como mantener la curva por la que pasaría un techo de tela. Ese alambre lo sacamos de un tender de ropa de pie que encontramos en la calle.

El techo lo hicimos con una tela de paraguas viejos que ya no se usaban. Elegimos esa tela porque es impermeable y cubre de los rayos del sol y posibles sorpresivas tormentas.

Adentro del canasto les pusimos unos colchones de goma espuma de 20 centímetros de alto.

Pioja y Pumba - Viajar en bicicleta con perros

Cuando terminamos de hacer los canastos, llego la hora de la verdad: ¿Se acostumbrarán a viajar en bicicleta?

Y para que así sea, recurrimos a lo que aprendimos viendo a Cesar Millán (el encantador de perros) y lo que nos enseñó Marisol Rey (adiestradora en Buenos Aires).

Empezamos con Pioja porque sabemos y conocemos que Pumba se anima a hacer y repetir lo que hace su hermana.

La pusimos adentro y le festejamos mientras le dimos una golosina de ella como premio. Acto seguido, Pumba ya estaba en dos patas esperando su turno.

Así hicimos cinco veces más pero en cada oportunidad las dejábamos arriba unos minutos. Que huelan, que vean a qué altura estaban, que se muevan, se acomoden.

Al otro día sacamos las bicicletas al patio y las llevamos a dar una vuelta pero caminando. Una por vez y festejándoles todo el tiempo. El proceso de adaptación fue muy rápido porque al tercer día, cuando movimos las bicicletas para probar algo de las alforjas, ellas ya estaban moviendo su colita y esperando por subir.

Los primeros días fueron difíciles. Una mezcla de ansiedad, nervios, miedos y dudas que seguramente percibieron ellas. De todas formas, nos mostraban que son perros que se adaptan rápidamente a nuevas situaciones.

Cuando llegamos al primer destino, nos dimos cuenta que nunca habíamos dormido en carpa con Pioja y Pumba.

Imagínense nuestra cara cuando terminamos de armamos la carpa y las dos ya estaban adentro, tapándose con las bolsas de dormir. ¿Cómo hicieron para saber que eso era exactamente lo que queríamos que hagan?

Luego, a medida que fuimos avanzando, nos dimos cuenta que tendríamos que cambiar la forma en que las llevábamos.

 

¿Por qué cambiamos el canasto individual por uno para los dos y atrás?

Por dos motivos:

  1. Ellas se extrañaban. Si, así como leen. Cuando con el correr de los días íbamos tomando confianza y nos separamos para pedalear cada uno a su ritmo, ellas comenzaron a llorar y solo paraban cuando nos volvíamos a juntar.
  2. Con las primeras bajadas nos dimos cuenta que llevarlas adelante era un poco peligroso. En esos momentos que uno quiere disfrutar del accionar de la gravedad y teníamos que estar pendiente que ninguna haga una maniobra que desequilibre la bicicleta.

 

Elegimos la segunda opción, llevarlas a las dos juntas atrás porque, dentro de nuestras posibilidades, era lo más económico y no dependíamos más que nosotros para hacer el cambio. Otra vez usamos nuestro ingenio e instinto de “hágalo usted mismo” para armar el cajón donde viajarían Pioja y Pumba.

Otro cambio fue la tela de paraguas por una tela de media sombra. Si bien la primera cumplía la función de protegerlas del sol, al no pedalear cuando llovía, no era sumamente importante tenerla. Además, no dejaba pasar el viento.

Por eso elegimos la media sombra, porque las protege de los rayos solares pero pueden disfrutar de estar recostadas y sentirse bien libres cuando el viento les mueve las orejas.

 

¿Por qué nos decidimos por comprar un carrito o tráiler?

Cuando tuvimos que volver a Buenos Aires por un problema familiar, aprovechamos para averiguar sobre tráiler o carrito para poder llevar a Pioja y Pumba.

El gran cambio se debió a una serie de cuestiones:

  1. Para que Ale pueda distribuir mejor el peso. Ambos llevamos los mismos kilos en cuanto a equipaje pero a él se le sumaban los 15 kilos de las perras.
  2. Si bien nunca sucedió, siempre teníamos el miedo de que si Ale se caía, el golpe sería desde muy alto. Esto teniendo en cuenta que ellas son de tamaño pequeño y que a Pioja, luego de su operación de la columna, no es conveniente que le suceda. Lo mismo si por algún motivo se quisieran tirar.
  3. Cuando frenábamos, Ale no podía bajarse y dejarla apoyada contra una pared o guarda rail porque si ellas se movían, la bici podía venirse abajo.
  4. Tiene mucho que ver con el punto 3. Pero nos pasaba que en la ruta, si Ale debía bajarse por algún motivo (o necesidad jaja), más allá de la incomodidad de sostenerla sin bajarme de la mía, requería mucha fuerza para mantenerla estable mientras ellas también se movían.

 

¿Por qué elegimos el carrito de GH Trailer?
  1. Porque Gabriel y Hernan estuvieron bien predispuestos a diseñarlo teniendo en cuenta nuestras necesidades. De hecho, querían agregarle parrillas extras para que podamos llevar más cosas.
  2. Este es el mejor punto sin dudas: podes agregarle una pata que te levanta y te mantiene el carrito y la bicicleta en pie. Y esto está más que comprobado.

 

Pioja y Pumba en el trailer de GH Trailers

 

 

¿Qué le agregamos al carrito?

Una vez que tuvimos el tráiler, le hicimos unas modificaciones para mejorar la experiencia de Pioja y Pumba viajando en bicicleta.

Le adicionamos una malla tipo “mosquitera” de plástico al piso y a los costados. Además, re-utilizamos un pedazo de pared decorativa que era del Forastero, y lo pusimos encima para que sea impermeable desde el piso hacia arriba, no solo para los días de lluvia, sino cuando cruzas un charco, por ejemplo.

También conseguimos una media sombra para cubrir el techo, atrás y a los costados. En la única parte que quedó fija fue en el techo y en la parte trasera. Los laterales y adelante se puede levantar.

Aprovechamos el techo del tráiler y ahí llevamos los aislantes doblados y, estando en Montevideo, le agregamos un plástico para que nos sirva de mesa (para apoyar las artesanías, para comer en la ruta, etc.). Tenemos la cortina de baño que usamos para tapar las bicicletas de noche para que no las moje el rocío. En caso de que nos sorprenda una tormenta, como ya nos pasó llegando a Montevideo, la sacamos y las tapamos con eso.

Dentro del carrito tienen un colchón recubierto con una bolsa para que sea impermeable y llevamos una manta de dos plazas para taparlas y protegerlas del frío. Un segundo uso es dentro de la carpa, aunque ellas duermen adentro de las bolsas de dormir.

 

¿Las perras van atadas o sueltas dentro del carrito o del cajón?

Esta es una pregunta controversial, incluso entre nosotros.

¿Por qué deben ir atadas? ¿Por qué deben ir sueltas?

Uno lo piensa como si fuera un cinturón de seguridad. Y no, que su correa esté amarrada al cajón o carrito no es lo mismo, porque no vas a unirlo de forma tal que quede inmóvil el perro. Le dejas un poco de soga para que se mueva y se acomode (más Pioja y Pumba que van recostadas y muchas veces durmiendo).

Entonces, situación horrible, te caes y la bicicleta sale “volando” o perdés el equilibrio, te desplomas de un lado (siempre intentá que sea del lado opuesto a la ruta) y por la velocidad, la bici derrapa unos metros.

¿Es mejor que el perro esté sin poder moverse o que este suelto para acompañar el movimiento y, en el peor de los casos, salir despedido y que el golpe sea duro?

Partamos de la base, que apoyados en nuestra experiencia, si nos caemos a la velocidad que vamos tampoco sería un golpe terrible. Salvo en las bajadas, después la media es pedalear a 15 km/h.

Ahora, si el perro está atado y por el golpe (ejemplo un auto que nos toca detrás) hace que salga despedido. ¿Qué es peor? ¿El posible ahorcamiento o el posible golpe contra el suelo?

Acá es cuando empezas darte cuenta que las dos opciones tienen sus ventajas y desventajas. Y lo ideal es que cada uno vaya evaluando las situaciones.

Otra situación. Es muy común que cuando uno está cerca de casas con perros, estos se acerquen a ver quién sos. Algunos de forma amigable y otros directamente a los tobillos. El instinto (y amor) de tu compañero fiel va a ser querer defenderte y ladrar desde su lugar.

Si por algún motivo, los perros que están abajo quieren atacar a tu compañero y él está atado, le va a ser muy difícil defenderse y prácticamente lo estas condenando.

¡Ojo! El llevarlo suelto también hace que uno sienta que para defenderte se va a tirar del canasto o cajón. Ahora que Pioja y Pumba viajando en el tráiler esto es más difícil por todo lo que le agregamos a la estructura.

 

¿QUÉ MÁS HAY QUE TENER EN CUENTA
PARA VIAJAR EN BICICLETA CON PERROS?

 

El resto de los cuidados son prácticamente los mismos con algunas cuestiones a tener en cuenta.

COMIDA

Viajando en bicicleta, el peso que uno lleva es un tema destacado. Por este motivo, uno debe evaluar y planificar para calcular la cantidad de comida que trasladará. Esto hay que hacerlo con la comida y bebida de uno, solo se le suma lo que hay que tener en cuenta para ellos.

Pioja y Pumba comiendo en una parada de colectivos en la ruta.

Tenemos un tarro donde entra 1,3 kilo del alimento balanceado. Adicionalmente, nosotros les preparamos arroz para mezclárselo. En la ruta, vamos evaluando, si tenemos poco alimento y hay una gran distancia hasta el próximo pueblo o ciudad, les damos un poco más de arroz que de alimento. Así lo hemos resuelto nosotros.

De todas formas, Pioja y Pumba están acostumbrada a comer de todo. Y cuando digo «todo» es completamente literal.

Cuando cada una hora comemos una fruta, una parte es para ellas. Lo mismo en el almuerzo o en la cena, siempre compartimos con ellas nuestra comida.

 

AGUA

Este punto es muy importante. Si bien ellas no van haciendo ejercicio ni esfuerzo físico, están al aire libre, expuestas a las condiciones climáticas.

Nosotros lo que adoptamos es a ofrecerles agua siempre que paramos a refrescarnos. Si tenemos sed, seguramente ellas también.

Y aunque les cueste creer, Pioja y Pumba aprendieron a tomar agua desde las botellas que tienen el pico para deportistas. Las personas se asombran cuando las ven. Pero eso lo hacen en casos extremos, sino siempre tenemos a mano su bebedero (la tapa del termo).

¡A tener en cuenta! Cuando se tiene el agua calculada y no se puede perder ni una gota, vayan sirviéndole de a poco en el bebedero. Si se lo llenan y solo toman un poco, van a sentir que desperdiciaron agua, salvo que no tengan asco y se terminen ustedes tomándola.

 

NECESIDADES

Cada 30 o 40 minutos nosotros frenamos a tomar agua. En esos minutos de descanso interactuamos con ellas, les hablamos, les hacemos mimos y escuchamos sus necesidades.

Por lo general, cada una hora y media o dos, nos bajamos de la bicicleta para estirar las piernas y patas y ellas aprovechan a hacer sus necesidades.

Al estar las 24 horas juntos, aprendimos a conocernos las miradas, los ladridos, los lloriqueos y hasta los horarios.

Dormir la siesta también es una necesidad.

 

MEDICAMENTOS

En el caso de que tu amigo fiel tenga que tomar alguna medicación, tene en cuenta que puede suceder que no la encuentres fácilmente en pueblos y localidades pequeñas, e incluso en otro país (aunque es raro).

Pioja toma una pastilla por día por su epilepsia. Creímos que no sería un medicamento difícil de encontrar y, sumado a un error de cálculos nuestros, nos hallamos en el medio de una situación muy estresante y angustiante. Por suerte, conseguimos un ángel en el camino que nos ayudó, pero no siempre se debe dejar todo en manos del destino, sobre todo con algo delicado como una enfermedad.

VIAJAR CON PERROS – UN CONSEJO PARA LA NOCHE

CRUCE DE FRONTERAS

El trámite es el mismo independientemente del vehículo en el que viajas, incluso cuando lo haces a dedo o a pie.

En la guía para viajar con perros ya detallamos nuestras experiencias:

El primer paso es ir a una veterinaria a solicitar el certificado de buena salud. Las condiciones para que te lo otorguen es que el perro tenga la vacuna contra la rabia con fecha de aplicación mayor a 30 días, que tome un antiparasitario oral y, a excepción de los cruces hacia Tierra del Fuego, tener colocada una pipeta para pulgas y garrapatas. Tanto el antiparasitario oral como la pipeta, los veterinarios piden dársela ellos mismos en el momento de confeccionar el certificado.”

“En el SENASA te van a pedir la libreta sanitaria y el certificado. Si todo está bien, se abona un monto mínimo (en el 2012 y 2013 fueron de $21,40 cada perro y en 2015 fue de $32) y te otorgan el permiso.”

“El trámite es recomendable hacerlo en la localidad más próxima a la frontera, confirmando previamente que el organismo correspondiente se encuentre allí (hay localidades fronterizas pequeñas que no poseen oficinas del SENASA) y cerca de la fecha en el que se calcula pasar porque el certificado del veterinario tiene una validez de 10 días.”

Viajar en bicicleta Uruguay

Hasta ahora nuestra experiencia está basada en ocho cruces de fronteras entre Argentina y Chile y una cruzando a Uruguay. En ambas el trámite ha sido el mismo.

Vamos a ir actualizando la información para viajar con perros a medida que vayamos avanzando en nuestro camino y recorriendo nuevos países.

Sabemos que hay muchos miedos alrededor de la idea de viajar en bicicleta con perros. Nosotros también los tuvimos y, al día de hoy, algunos perduran.

Pero nuestro consejo es que se animen. Todos los «problemas» los van a ir resolviendo a medida que sucedan, al igual que cuando no se viaja.

 

Preguntas y respuestas 

[expand title=»¿Cómo hacen para que Pioja y Pumba no pasen frío?»]
Pioja y Pumba son bastante friolentas. Más Pumba, amante de la frazada y la estufa. Ellas tienen sus chalecos tejidos a mano por la mamá de Ale. Cuando tienen frío lo buscan y te piden que se los pongas.

En el trailer, además de un colchón, tienen una manta de dos plazas para envolverse como lo hacen cuando están en una casa o dentro de la carpa.

Los días muy fríos, además, tapamos el trailer con una lona verde semi-impermeable para que no entre viento fresco dentro.[/expand]

 

[expand title=»¿Cómo duermen dentro de la carpa?»]

Ellas duermen con nosotros desde cachorras. Así que, no hubo que ni decirles que su lugar dentro de la carpa es donde están las bolsas de dormir. Es más, suelen elegir el sector de las piernas y pies porque es la parte cerrada de las bolsas y no corren el riesgo de quedar destapadas si nos damos vuelta.[/expand]

 

[expand title=»¿Cómo hacen durante la noche con Pioja y Pumba dentro de la carpa?»]

Esta pregunta esta basada en el miedo de que a mitad de la noche alguna se levante con ganas de ir al baño y, en su carrera por querer salir, rompa la carpa o haga adentro.

Las dos están acostumbradas que salen a última hora de la noche y, después hasta la mañana no vuelven a pedir para salir.

Pumba tiene la costumbre de raspar la puerta para indicar que quiere salir, así que teníamos que enseñarle que dentro de la carpa no podía hacerlo. El primer día nos quedamos adentro a propósito y, cuando vimos que fue hacia la puerta e intento rascarla, le dijimos que «no» y listo. Ahora solo se para adelante y llora, al igual que Pioja.

No piensen que los perros no se pueden adaptar a las diferentes circunstancias. Es más, se van a asombrar de lo bien y rápido que lo hacen.[/expand]

 

[expand title=»¿Llevan un botiquín de emergencias para ellas?»]

En nuestro botiquín, pueden leer que llevamos en la publicación de «¿Querés hacer un viaje en bicicleta?»llevamos lo necesario para curarnos alguna herida (gasa, pervinox, etc) que también sirve en caso de que ellas se lastimen.

Con respecto a medicamentos no llevamos nada porque no estamos a favor de la «auto-medicación» y menos en ellas que no sabemos realmente lo que sienten o lo que tienen.

Luego de varios años de convivencia, de los cuales los últimos tres estamos juntos las 24 horas, nos dieron la experiencia y conocimiento de saber cuando un malestar es pasajero o lo suficientemente grave como para ir a visitar a un profesional veterinario.[/expand]

 

[expand title=»¿Cómo hacen para que los reciban dentro de las casas teniendo a las perras?»]

Lo comentamos en la publicación «Donde dormir a bajo costo cuando viajamos»nosotros  pensábamos que sería casi imposible que nos reciban en una casa viajando con Pioja y Pumba. Veíamos más viable la posibilidad de que nos den un espacio para armar la carpa a que nos abran las puertas de su hogar.

Nosotros somos un equipo, una familia. Los cuatro siempre a todos lados. Es decir, no aceptamos que nos inviten a nosotros y que Pioja y Pumba duerman afuera. No es un simple es capricho, es que ellas no están acostumbradas a dormir solas y menos afuera.

Entendemos que no todos acepten que animales duerman en una cama y siempre, ofrecemos poner nuestras bolsas de dormir arriba de la cama o del colchón. Esta actitud de respeto siempre es bien recibida y, de esta forma, que Pioja y Pumba duerman con nosotros deja de ser un problema.  🙂[/expand]

 

[expand title=»¿Y cómo hacen para entrar a los lugares que esta prohibido ingresar con animales?»]

Todo depende de lugar y del momento del año. También de quién se encuentra a cargo y de la manera que te presentes.

Yo soy de las que creo que si vas a hablar planteando un problema, seguramente encuentres una respuesta negativa. En cambio, yo aprendí a poner una enorme sonrisa y destacar las buenas cosas.

Hubo situaciones en las que nos han negado ingresar a un lugar por estas con ellas. De nuestra parte, agradecemos y nos vamos. Somos un equipo de cuatro.

De todas formas, en el caso que queramos visitar, por ejemplo, un museo, ya hablamos con Ale que primero ingresa uno, mientras el otro se queda esperando afuera, y luego cambiar los roles.[/expand]

 

 


Si tienen alguna duda que no fue resulta en esta publicación, pueden compartirla en los comentarios e intentaremos darle una respuesta.

También, si tienen consejos, bienvenidos sean en los comentarios.  🙂