Escribo mientras las bicicletas están siendo iluminadas por unos rayos de sol que atraviesan la ventana. Las observo y se me vienen un montón de recuerdos. También miles de imágenes de lugares que todavía no conozco pero que sueño con estar y viajo a través de las palabras.

Ahora poso mi mirada en las alforjas. Se me forma una sonrisa en el rostro. Ayer terminamos de armar todas las alforjas y tenemos mucho espacio libre. Nos miramos y repasamos todo. Algo nos tendremos que haber olvidado. Pero no. Está todo lo que decidimos y creímos que es lo necesario.

Aprendimos. Crecimos. Eso nos dejó el primer viaje en bicicleta de Buenos Aires a Los Vilos. El poder ver un objeto y estar seguro que no lo vamos a usar y por más que todos nos digan que no se puede vivir sin eso, vos sabés que sí y lo omitís tranquilo.

También veo el tráiler, al que bautizamos “Salchimóvil” ya que ahí viajarán Pioja y Pumba para que nos puedan seguir acompañando en esta aventura.

¡Ahora sí que vamos a llamar la atención como nunca! Una pareja, dos bicicletas con alforjas, carpa, bolsa de dormir, un carrito detrás donde llevan… ¡Dos perros! ¡Viajan hasta con los perros! (o la otra frase graciosa: ¡Hasta los perros te llevas!).

 

viajar en bicicleta con perros pioja y pumba

Pioja y Pumba en su «Salchimóvil».

 

Me preguntan si tengo miedo y no, no tengo miedo. O si estoy nerviosa, tampoco. “¿Ansiosa?” Puede ser por momentos, pero es que aprendí (y sigo aprendiendo) que todo va a suceder como tiene que ser. Si yo me interpongo con sentimientos de miedo, nervios o ansiedad, lo único que hago es pasarla mal.

Lo sé, pusimos fecha de salida más de seis veces. De hecho, tampoco estaban en los planes que tengamos que volver a Buenos Aires por unos temas personales. Pero así fue y todo se dio “tan natural” que no podemos ni siquiera estar enojados con el destino.

Lo mismo cuando nos encontramos con un panorama diferente al que esperábamos al momento de volver a Chile y seguir viajando en bicicleta.

Al principio te convertís en una especie de “licuadora” con todos los sentimientos que te atraviesan. Pero son en esos instantes que tenés que frenar y una vez que te dejas en las manos del destino, vas sintiendo que estás haciendo lo correcto.

Eso nos pasó muchas veces. Tanto viajando como en las “pausas” entre viajes.

Hoy estoy tranquila porque se que, tarde o temprano, se va a ir cumpliendo lo que nos planteemos. Que esa locura por querer controlar absolutamente todo no sirve de nada. 

Antes me enojaba si las cosas no salían como nosotros queríamos. Ahora dejo que el camino nos sorprenda y cuando me encuentro intentando controlar algo o maldiciendo porque no es como pretendía, pongo un freno de mano y me relajo.

 

Levanto la mirada de la computadora y las vuelvo a ver. Siguen iluminadas por los rayos del sol. Mañana amanecerán igual, la diferencia es que no verán el paisaje a través de una ventana. Mañana volvemos a las rutas.

 

* ¿Cuál es nuestra próxima ruta?

Recorrer Uruguay y Brasil hasta llegar a las Cataratas del Iguazú.

* ¿Cuándo llegamos?

Como siempre decimos, no sabemos. 

«Vamos despacio y tranquilos porque queremos
y sabemos que vamos a llegar lejos.»

*¿Qué vamos a hacer cuando lleguemos?

Lo decidiremos cuando estemos ahí.

recalculando mapa politico de sudamerica nuevo viaje en bicicleta

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* Si hace mucho que no ingresabas a nuestro blog y te sorprende vernos viajando en bicicleta, lee la publicación de por qué cambiamos de viajar en motorhome a viajar en bicicleta.

 

* Si no hace tanto tiempo que no entrabas y te asombra que estemos en Buenos Aires, te contamos que cuando estábamos en Chile, en Los Vilos, tuvimos que volver para solucionar unos temas personales. No volvimos en bici, sino que a dedo (¡Si! ¡A dedo y con Pioja y Pumba!). Pero para ponerte al día, te recomendamos leer la publicación donde contamos cómo fue el cambio de rumbo.

 

* Si es la primera vez que visitas el blog y querés conocer un poco más de nosotros, te recomendamos empezar leyendo sobre “Quiénes Somos”