De San Martin nos fuimos hasta Junín de los Andes porque el nuevo plan incluía pasar a Chile por el Paso Tromen – Maluil Malal. Allí hicimos los papeles del SENASA, nos comimos todo lo que teníamos y que no se puede pasar, es decir frutas, verduras, y empezamos a recorrer la ruta hacia el paso fronterizo con el Volcán Lanin observándonos y maravillándonos con sus 3776 msnm. Era la primera vez que veíamos y estábamos tan cerca de un volcán.

La intención era caminar parte del sendero para ascender el Lanin, pero las nubes nos dijeron que no, que en esa oportunidad no podíamos, lo cual nos puso contentos porque así tenemos la obligación de volver y recorrer el lugar con el tiempo que se merece, como toda la zona, creemos que en primavera/verano debe ser la mejor época para visitarla.

Volcan Lanin

Llegamos e hicimos los trámites de salida de Argentina. Eran las 16hs cuando dejamos atrás nuestro país e ingresamos de nuevo a nuestro hermano  trasandino. Tan solo distan 10km hasta el establecimiento de aduana de Chile. Entramos y eran las 15:20hs.

“¡Me robaron una hora de mi vida!” fue mi comentario y Ale me contestó “Ponete contenta, sos una hora más joven”. Y así nos enteramos que hace una semana se atrasó una hora el reloj para aprovechar la luz del día.

Recorrimos la ruta que, literalmente, cruza un bosque de Araucarias. Pasamos un cartel que decía “Cuidado obstáculos en la ruta” y es porque respetaron los arboles y por momentos te encontrás con uno en el medio y el camino lo bordea a ambos lados.

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Unos kms más y cambiamos el bosque por la laguna Quillelhue rodeada de todos los colores típicos del otoño. Y de repente, una ruta en bajada súper pronunciada con curvas y contra cuervas y de ripio con mucho serrucho/calamina. ¡Esta muy buena para el rally!. Hasta que nos dimos cuenta que estábamos atravesando la Cordillera de los Andes y por momentos apareció una pregunta muy extraña: ¿Qué sentiría San Martin si nos viera cruzar la cordillera así de fácil?. Y otra vez, nos dimos cuenta que lo que aprendimos en la  escuela está muy confuso, un poco por los años que ya pasaron y otro por las diferentes versiones que existen, y nos dieron ganas de volver a leer y seguir aprendiendo sobre la historia de este hermoso continente llamado América.

Santiago de Chile

Llegamos a Pucón, ciudad turística también en temporada baja. Gracias a que Ale malinterpretó una señal de tránsito terminamos en el estacionamiento de un hipermercado de la marca Eltit y nos pareció un buen lugar para pasar la noche. Pero, ¿podríamos quedarnos? Ale dijó “Ahí vengo” y después de 30 minutos apareció contando que hablo con el jefe de seguridad y no hubo ningún inconveniente, por el contrario, “cualquier cosa que necesiten” y así volvimos a recordar nuestro paso por la Republica Independiente de Magallanes y la forma cálida con la que siempre nos trataron en el vecino país.

Al otro día fuimos hasta el centro de la ciudad para poder comprar moneda chilena. El peso argentino está muy devaluado, la mitad casi, porque cada $100arg te dan $5900ch. Cuando no había tanta devaluación, el cambio era fácil. Al dinero argentino se le sumaba dos ceros o al chile se los quitaba y así sabias a cuanto equivalía. Aprovechamos un mercado de verduras con buenas ofertas y compramos un poco de comida. Volvimos al Fora y nos preparamos para transitar por la Carretera Panamericana o conocida oficialmente como la Ruta 5. Ya habíamos averiguado cuántos peajes había hasta llegar a Santiago y cuánto costaban cada uno, pero preferimos pagarlos y transitar por una autopista en estado muy bueno, con estaciones de servicios cada 50km con instalaciones preparadas (es decir, con ducha), también con áreas de descansos, con banquinas como para poder frenar en cualquier parte y, lo más importante, sentir que si el Forastero no quería seguir, íbamos a recibir ayuda.  Para información de los peajes podes consultar acá.

Atardecer en la Ruta 5 de Chile

Atardecer en la Ruta 5 de Chile

Recorrimos unos 800 kilómetros en dos días. Hicimos noche en la estación de servicio Copec antes de llegar a Chillán. Tuvimos que cargar gasoil y nos mostraron el mejor lugar para pasar la noche tranquilos. Se tiene la idea de que el gasoil, entre otras cosas, en Chile es más caro que en Argentina. El precio actual allá es de $6,519 es decir U$S 1,24 (cambio oficial de Argentina) y acá el precio del diesel/petróleo es de $570, U$S 1,14 (cambio oficial de Chile). Así que, lamentablemente, descubrimos que Chile no es caro, sino que la moneda Argentina esta muy devaluada.

Llegamos a la comuna de Puente Alto de Santiago donde Alicia, mama de Paulina, nos estaba esperando con los brazos y el corazón abiertos. Nos acomodamos en el cuarto que dejaron sus hijos y empezamos a planear y buscar trabajo/pega para juntar el dinero para reparar el motor de El Forastero y tener un colchón en caso de que no sea sólo un tema de aros/anillos y haya que terminar rectificando. También al llegar aquí, Ale se dio cuenta que tres de los cuatro neumáticos que hay atrás están lisos sumando que no tenemos repuestos y uno de los neumáticos tiene el taco más bajo que los otros. Conclusión: otro tema urgente a solucionar es la compra de neumáticos nuevos.

Por supuesto que no es de nuestro agrado el tener que dejar de seguir viajando para volver a la rutina, pero todo sea por viajar bien y tranquilos. 

 

Nuestro norte sigue siendo Alaska y el vivir recorriendo Por las Rutas del Mundo.