En la publicación anterior (aquí) respondimos varias preguntas mostrando los números y gastos de dinero que registramos a lo largo del viaje de 9 meses que realizamos, en una especie de prueba piloto.

Primero queremos hacer una fe de erratas.
Cuando Marcelo, el dueño anterior, leyó nuestros números nos hablo para recordarnos que, al haber cambiado el rodado de los neumáticos, el cuenta kilómetros miente un 10%. ¿Cómo es eso? Nosotros decimos que hicimos 11.030 kilómetros, pero en verdad: ¡¡¡Hicimos 12.133 kilómetros!!!

Un montón…

Terminada la corrección, pasamos a responder:

¿Cuánto calculan que debo ahorrar para poder viajar durante 9 meses como ustedes? ¿Es muy costoso llevar a nuestras compañeras de cuatro patas? ¿Cómo es el trámite para pasar  los animales de fronteras? ¿Es muy caro la comida?

Nosotros ya hemos contado que salimos con pocos ahorros y que a los 800 kilómetros un problema con la batería del motor home nos redujo un 75% esos ahorros. Pero teniamos materiales como para hacer artesanías y sostener nuestro viaje con eso. Y así fue.

Pioja en la laguna de San Miguel del Monte ok

Para empezar, esto de viajar en un motor home es una ventaja en el sentido de que tenemos dónde dormir, dónde cocinar y no precisar comprar comida preparada y tiene la desventaja que precisamos dinero para poder comprar combustible para recorrer las rutas. A veces las ventajas pesan más que las desventajas y al revés también.

A medida que subíamos fotos, las personas que nos conocen, nos preguntaban si estábamos comiendo bien porque nos veían bajar de peso. ¡Nunca nos quedamos sin comer! Y fuimos afortunados porque siempre tuvimos el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena.  La diferencia es que la comida pasó a segundo plano. Nuestro día no giraba en qué comíamos y cuándo. Obvio, de vez en cuando nos hemos dado gustos y muchas otras veces nos han dado gustos cuando nos invitaban a compartir un buen momento.

Los precios van variando en cada lugar y, algo que aprendí a medida que visitábamos cada localidad es que el secreto está en hablar con las personas que viven allí. ¡Qué mejor que doña Rosa para encontrar aquella verdulería económica y de calidad! Y siempre salen charlas hermosas cuando te preguntan de donde sos, que haces y como es alla saliendo de la ciudad.

 

Pumba en la laguna San Miguel del Monte

Pumba en la laguna San Miguel del Monte

 

Viajar con Pioja y Pumba, nuestras perras, también tiene sus pros y sus contras, pero nunca van a pesar más los contras sino que le buscamos la vuelta para que todos disfrutemos del día a día. No es más costoso, llevarlas al veterinario para darle sus vacunas anuales lo tenemos que hacer viajando o no. El alimento balanceado que comen también. Lo que se suma es el trámite que hay que hacer para pasar las fronteras y el tema de que hay lugares en los cuales está prohibido el ingreso de ellas.

El segundo, es un tema que se puede hablar y hay que aprender y ser responsable. ¿Cómo? Controlar que no hagan sus necesidades cerca de lagos, lagunas o ríos. Levantar sus deposiciones  y vigilar que no moleste a los animales del lugar.

Vir, Pioja y Pumba en el Forastero en Mendoza

El trámite para pasar las fronteras ya lo hemos contado, no nos parece difícil pero hay que estar atento para no encontrarse con sorpresas.  Para ingresar a Chile por el paso internacional Austral (Rio Gallegos) fuimos a una veterinaria donde verificaron que las dos tuvieran la vacuna de la rabia colocada con más de 30 días de vigencia y le dieron ahí mismo el antiparasitario oral. Con los certificados de buena salud, donde debemos chequear que nuestro nombre, apellido y número de documento estén bien escritos, van al SENASA. En esa sucursal solo tomaban el pago con tarjeta de debito. A los 20 minutos ya estábamos afuera con los dos permisos.

El certificado de buena salud que te da el veterinario tiene una validez de 10 días, es decir, si vas a salir dentro de 15 días del país, no hagas el certificado hasta que no falten menos de 10 días. El permiso que te dan dura 30 días pero no es que ese tiempo es el que los perros pueden estar en el otro país sino que es el tiempo que ese permiso tiene validez para retornar a la Argentina. Nosotros estuvimos más de 30 días en Tierra del Fuego así que tuvimos que hacer otra vez el trámite para pasar por Chile y retornar al pais.

Después cuando pasamos por el paso fronterizo Malai Malul, en Junin de los Andes, la única diferencia es que además de la vacuna de rabia y antiparasitario oral, tuvimos que colocarle la pipeta contra pulgas y garrapatas (en el sur no hay, por eso no piden pipeta). Lo importante es que tanto el antiparasitario oral como la pipeta, la mayoría de los veterinarios, piden dársela ellos mismos en el momento de confeccionar el certificado. Tengan esto en cuenta para no tener que darle tan seguido, sobre todo el oral.

Ale y Pioja manejando el Forastero en Dique Ameghino

Fueron 3 veces las que fuimos al veterinario para el trámite de fronteras. Las otras veces fueron: Pumba con otitis (es común en la raza), Pumba se comió 3 kilos de manzanas en 24 hs (esta historia es muy graciosa) y Pioja con dolor en la cervical cuando estábamos en Mendoza.

Muchos nos preguntan, ¿Sólo con las artesanías y trabajitos temporales pudieron viajar tanto?

Y la respuesta es ¡SI!

Sólo tuvimos que pedir ayudar económica a nuestras madres cuando estábamos en Bariloche buscando que alternativa elegir a las muchas dudas que se nos presentaban.  Y el dinero fue para el combustible.

 

viaje en numeros nosotros

No podemos, y no nos sentimos capacitados, para decirles con qué ahorros salir a viajar, con qué tipo de artesanía, con qué vehiculo, si es mejor viajar en uno que no precise mucho o nada de combustible (bicicleta o moto) o viajar en motorhome con las comodidades que tiene es la mejor opción. Todo, absolutamente todo, hay que ponerlo en una balanza. Y aun así, puede suceder que sentado desde tu casa creas que la mejor opción es una y cuando la pongas en practica no te haya convencido. Y no tiene nada de malo cambiar. Cada viaje es diferente porque cada persona es diferente. Incluso nuestro viaje por las rutas del mundo es diferente para mí que para Ale.

Lo único que podemos decirles es que si se quiere realizar, se puede, se puede, se puede. No hay nada que te lo impida, incluso si nos decís “no tengo dinero”, se puede.

Sólo hay que buscar la forma de cómo hacerlo y tener la fuerza y actitud de no parar hasta lograrlo.